domingo, 22 de abril de 2012

Soberbios infelices

''El coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdió todos. [...] Llegó a ser comandante general de las fuerzas revolucionarias, con jurisdicción y mando de una frontera a la otra, y el hombre más temido por el gobierno, pero nunca permitió que le tomaran una fotografía.''
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad.

Nuestra felicidad es nuestra meta, y tendemos a pensar que aquellos que ostentan un determinado poder, poseen una cantidad de dinero, o alcanzan una determinada fama, gozan de la felicidad que todos nosotros ansiamos. Nada mas lejos de la realidad. Son numerosos los personajes que han adquirido alguna de estas cosas, y sin embargo navegan en el río que es la vida por caudales tan alejados de la felicidad, que mueren sin tomar conciencia del verdadero significado de ésta.

Michael Corleone
Un claro ejemplo lo encontramos en El Padrino, el hijo menor de Don Vito Corleone, Michael Corleone. Durante su juventud, se negaba a participar de ninguna manera en las actividades de ''La Familia'', pero con el atentado a la vida de su padre, se ve de alguna manera obligado a introducirse en ella, para acabar convirtiéndose en El Padrino, con el objetivo de hacer legítimos los negocios de los Corleone, y sobre todo, proteger y proveer a su familia.

Esto le costará la muerte de muchos allegados, entre ellos su hermano Fredo, cuya muerte ordena el propio Michael, la separación de su mujer y de sus hijos y, finalmente, la muerte de su hija a manos de un asesino cuyo objetivo real era Michael. En la última escena de El Padrino III, se nos presenta un envejecido Michael, que muere sumergido en una profunda soledad.

Se podría pensar que lo que le arrebató su felicidad, no fue más que el verse introducido en las actividades de ''La Familia'', pero creo que sería una equivocación. Michael no se presenta como un personaje feliz en ninguna de las escenas en las que aparece, ni siquiera en El Padrino II, cuando se nos muestra como transmite su decisión a su familia de irse a la guerra, antes de formar parte de ''La Familia''. Quizás en la ópera contemplando a su hijo actuar, pero incluso entonces, su sonrisa parece cansada y poco creíble. Es una sonrisa trágica.

No, Michael nunca conoció la felicidad.

Walter White
Tampoco lo hizo Walter White, de Breaking Bad. Se nos presenta como un personaje que ha malgastado 50 años de su vida, y que solo cuando le diagnostican cáncer terminal empieza a ''vivir''. Al intentar asegurar el futuro de su familia cuando él ya no esté, se ve envuelto en el mundo de los narcotraficantes, como fabricante de metanfetaminas. A partir de entonces verá su vida en riesgo una y otra vez, por lo que tendrá que llevar a cabo ciertas decisiones de dudosa moral para salvar su vida y la de su familia. Al igual que Michael, Walt también se verá alejado de ella. Tampoco Walter se muestra como alguien feliz. Quizás prefiera su nueva vida a la anterior, o quizás no, pero ninguna de ellas le proporciona la tan deseada felicidad.

Gabriel García Márquez
Por último, y probablemente con el peor destino de todos, hallamos al Coronel Aureliano Buendía, que es el personaje principal de la novela de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, cuyo gran tema es la soledad del poder. La vida de Aureliano estuvo marcada por su personalidad solitaria y retraída, pero sobre todo, por su soberbia, algo que su madre Úrsula fue capaz de comprender: ''Vislumbró que no había hecho tantas guerras por idealismo, como todo el mundo creía, ni había renunciado por cansancio a la victoria inminente, como todo el mundo creía, sino que había ganado y perdido por el mismo motivo, por pura y pecaminosa soberbia.'', e incluso llegó más allá, al definirlo como un hombre incapacitado para el amor. De todos los personajes de Cien años de soledad, es Aureliano el más profundo ejemplo de soledad.

Es difícil percatarse a primera vista de las similitudes entre Michael y Walter con Aureliano, pero tras una reflexión se hacen más que evidentes. Tanto Michael como Walter siempre fueron grandes mentirosos, tan buenos que nos engañaron a nosotros mismos. No es la familia lo que les llevo a inmiscuirse en los oscuros mundos de la mafia y las drogas, mucho menos a permanecer en ellos. Su móvil y a la vez su mayor pecado, al igual que el de Aureliano, fue siempre la soberbia. Tengo el fatal presentimiento de que en la quinta y última temporada de Breaking Bad, Walter sufrirá una muerte muy semejante a la de Michael, pues el destino que depara la muerte a los soberbios infelices con aspiraciones a la nada, es tan desolador como lo son sus propias vidas.

2 comentarios:

  1. De un Anónimo conocido:

    De nuevo te aplaudo con esta entrada, ya que has conseguido relacionar personajes aparéntemente muy diferentes, consiguiendo ver en ellos el prototipo de soberbia; un hombre con apetito por ser preferido a otros, que disfruta menospreciando y que realiza acciones por instinto, siempre mirando por si mismo.
    Esta caraterística hace de estos tres ``enfermos de ínfula´´ infelices e incapaces de vivir su vida.

    PD: Sigue así, te recomiendo la película ``El club de los poetas muertos´´ si no la has visto ya claro.


    Un abrazo.

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  2. Muchas gracias, esa era mi intención con esta entrada.

    PD: Ya la he visto, muy buena película. Carpe diem.

    Un abrazo.

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